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Los retos de la tercera generación en las empresas mexicanas

12 de enero de 2009 (México)

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En México, sólo 30% de las empresas familiares pasan de la primera a la segunda generación y de éstas, apenas 10% alcanza la tercera generación de empresarios.

La razón por la que un número tan bajo de este tipo de empresas sobreviven de generación en generación, se debe a la carencia de reglas para la sucesión, aceptar a otros familiares, así como la falta de control durante conflictos.

De acuerdo con Daniel Smeke, investigador de la división de Empresas Familiares de la Universidad Iberoamericana (UIA), lo ideal es que los empresarios "trabajen anticipadamente en la profesionalización de sus empresas".

Entre las acciones que se deben realizar para tener una transición exitosa es la elaboración de una Carta Magna, en la que se estipulen las reglas de sucesión, explica.

Además de incluir la visión, misión y valores de la empresa, "en el documento deben quedar claras las características con las que debe cumplir el próximo director, nivel educativo y experiencia como elementos esenciales", recomendó.

En pro de la continuidad

El investigador insistió en preparar la generación de primos, ya que a ellos les corresponde dar continuidad al crecimiento de la organización.

Lo que se debe dejar claras son las expectativas de niveles de estudio y formación empresarial, para garantizar que quien esté en un puesto pueda desarrollar su trabajo.

De esta forma resolverá un problema común en la empresa familiar: confundir la propiedad con la capacidad para dirigir la organización.

Conforme la empresa evoluciona y necesita crecer, diversificarse o enfrentarse a nuevos retos se exige una capacidad de respuesta ejecutiva que no siempre tienen los iniciadores.

Al llegar a la tercera generación es común que los conflictos entre los primos se agudicen y ponga en peligro la estabilidad de la empresa, lo anterior se debe a que no tienen la fraternidad que hay entre los hermanos.

La influencia de la familia es inevitable e innegable en las empresas mexicanas, por ello se hace necesario que se promueva en las nuevas generaciones el respeto por la empresa y la importancia de participar en ella.

"¿Cómo lo puede lograr? Haga interactuar entre si a las nuevas generaciones, motívelos y promueva la colaboración entre ellos, así cuando se integren a la empresa podrán trabajar con menos problemas", concluyó Daniel Simeke.