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Porcelanas Anfora franquicia que se adapta a los cambios

07 de mayo de 2010 (México)

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Porcelanas Ánfora es una empresa que nació el 1 de mayo de 1920, cuando nuestro país trataba de recuperarse tras la Revolución Mexicana y el mundo aún resentía los efectos de la primera gran guerra.

Los iniciadores de esta aventura fueron un grupo de inmigrantes alemanes, quienes arrancaron su empresa con apenas un horno de leña y un molino.

A lo largo de 90 años, la historia de Ánfora ha estado llena de innovación, éxito, intervencionismo gubernamental, crisis económicas y anécdotas cómicas.

Sus primeras instalaciones se ubicaron frente a la cárcel de Lecumberri y a un costado de una pulquería. En esos años se decía que tomar pulque evitaba que los caolines y las sílices se pegaran a los pulmones de los trabajadores, por lo que la empresa permitía que diariamente los obreros salieran a tomar un vaso de esta bebida.

"A veces los trabajadores se tomaban más de uno, y ya algo embriagados hacían con más alegría los platos", comenta Alejandro Muñoz, gerente general de Venta Loza de Ánfora.

Para 1925 empezaron a desarrollar su propia pasta, después de adquirir minas de caolín y asesorarse con expertos alemanes, y actualmente esta estrategia les ha permitido mantener una reducción de costos.

El crecimiento de Ánfora se vio detenido en 1942, cuando México le declara la guerra a Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, e interviene a la empresa por ser de capital germano.

"Durante este periodo no se manejó la empresa como se debía, se desmanteló parte de ésta, y fue hasta cinco años más tarde que los dueños originales la recuperan y la venden a empresarios mexicanos", señala Muñoz.

En 1950, Ánfora empezó a ser prácticamente un monopolio de loza en México, al tener 90 por ciento del mercado. La inclusión de muebles de baño en su catálogo y la alta demanda ocasionó descuido en las entregas, que podían tardar hasta cinco meses.

Es en los sesenta cuando nacen los llamados Almacenes Ánfora, los cuales fueron creados por Ánfora y la empresa distribuidora Anfosa.

Una vez que se consolidó este modelo, en 2006 deciden crear una franquicia y un año después cierran sus primeras dos unidades franquiciadas en Guadalajara.

En la actualidad tienen 19 tiendas propias, dos unidades franquiciadas en Mérida, están por abrir una en Cancún y ya hay pláticas con inversionistas para posibles aperturas en Querétaro y Michoacán.

Mercado complicado

El año pasado representó otro reto importante para esta empresa legendaria. Para lograr mantener su mercado cautivo en el ramo doméstico, en donde tiene una participación de 10 por ciento, tuvo que iniciar la importación de productos de China, hasta adquirir ahí alrededor de 60 mil piezas al mes, 40 por ciento de su línea doméstica.

Al tener 40 por ciento del mercado de loza entre hoteles y restaurantes -sectores que resultaron especialmente afectados durante la crisis de 2009-, tuvo que reducir su producción de 700 mil piezas mensuales durante 2008 a 630 mil el año pasado.

"Tuvimos que diversificar nuestra producción y el año pasado empezamos a comercializar portagarrafones, que han tenido mucha aceptación entre nuestros clientes", explica Muñoz.

Para este año, la empresa ha empezado a retomar el ritmo y ya están fabricando 850 mil piezas mensuales. Esperan cerrar el año con una producción de un millón de piezas al mes, la venta de 13 millones de piezas y una facturación superior a los 200 millones de pesos.

Además de la caída de su mercado principal, Ánfora compite con el incremento de la importación y con jugadores indirectos, como son los platos de plástico, vidrio y melamina.

El mercado de loza en México está compuesto de dos empresas nacionales grandes (Ánfora, con 11 por ciento del mercado, y su principal competidor, que tiene 24 por ciento) y pequeños fabricantes que abarcan 2 por ciento del mercado.

El resto de la demanda se cubre con productos de importación, que provienen en 90 por ciento de China y el restante 10 de España, Portugal, Alemania y Francia.

Para mitigar este impacto, Ánfora se ha enfocado en atender las necesidades de sus principales clientes, entre los que destacan Sanborns, Grupo Walmart y American Standard, además de reducir su abanico de modelos y artículos.

También logró convenios con Pemex, al comprar futuros, a fin de garantizar un precio máximo y mínimo de su principal energético, el gas natural, que alcanzó precios muy altos el año pasado.

Franquicia en expansión

Respecto a la franquicia, Muñoz comenta que su expansión se vio retraída durante la crisis, pero este año esperan reactivarla.

La inversión que se requiere para una tienda de Almacenes Ánfora es de aproximadamente seis millones de pesos, de los cuales dos millones son de cuota de entrada y ya incluye stock inicial, adecuación del local y un capital de trabajo. Requieren de un espacio de entre 500 y 750 metros cuadrados.

Cobran regalías mensuales de 2 por ciento sobre ventas brutas, más 1.5 por ciento para publicidad. El pronóstico de recuperación es de aproximadamente tres años.

"Nosotros capacitamos al personal y asesoramos al inversionista sobre el stock inicial que debe manejar en loza, regalos, material electrodoméstico y cristalería; además, éstos tratan directamente con nuestros 250 proveedores", detalla Muñoz.